El 25 de noviembre nos recuerda
que la violencia contra las mujeres sigue siendo una realidad estructural tanto
en España como en Europa. A pesar de los avances legislativos y sociales, los
datos más recientes muestran que queda un largo camino por recorrer.
Situación en Europa
En la Unión Europea, alrededor
del 31 % de las mujeres ha sufrido violencia física o sexual a
lo largo de su vida. Entre quienes han tenido pareja, un 18 % ha
experimentado violencia física o sexual en el ámbito de la relación, cifra que
aumenta al 32 % si se incluye la violencia psicológica.
Además, 1 de cada 8 mujeres en la UE ha padecido violencia
sexual por parte de alguien que no era su pareja.
Estas cifras reflejan que la violencia de género es un problema común en todos
los países europeos, y que todavía persisten barreras para denunciar y acceder
a apoyo especializado.
Situación en España
En 2024, los juzgados españoles
registraron 199.094 denuncias por violencia de género. A lo
largo del año, 183.908 mujeres fueron reconocidas oficialmente
como víctimas. También se emitieron 33.247 órdenes de protección,
aunque estas disminuyeron respecto a 2023.
En 2024, la violencia machista se
cobró la vida de 48 mujeres en España, lo que significa que
casi una mujer cada semana fue asesinada por su pareja o
expareja.
Durante el primer trimestre de 2025, las denuncias aumentaron un 4,28 %,
lo que muestra una mayor activación del sistema, aunque las órdenes de
protección descendieron levemente.
La violencia de género supone
también un enorme impacto económico y social: se estima que en España generó un
coste de casi 5.000 millones de euros, equivalente al 0,37
% del PIB nacional.
Un desafío común
Las cifras de España y Europa
confirman que la violencia contra las mujeres continúa siendo un problema persistente,
complejo y estructural. Requiere inversión en prevención, educación,
acompañamiento a las víctimas, una justicia accesible y sistemas sanitarios
capaces de responder de forma especializada.
El 25 de noviembre es una llamada
a la acción para reforzar el compromiso colectivo con una sociedad libre de
violencia, donde los derechos y la seguridad de las mujeres sean garantizados
sin excepción.