lunes, 18 de marzo de 2013

Marcha contra el racismo y la xenofobia. Euskadi


Al rededor de setecientas personas plantaron ayer cara al racismo y la xenofobia en la XVI marcha impulsada por la organización SOS Racismo. Este año, los participantes denunciaron que la pérdida de derechos sociales por los recortes y el deterioro de las condiciones de vida -incentivados por la situación económica compleja- «nos afecta a todos y a todas, sin distinción de nacionalidad». De esta manera, los integrantes de la manifestación partieron a las 11.30 horas desde el mercado de Trintxerpe para recorrer los cinco kilómetros que lo separan de la capital guipuzcoana, llegando al Boulevard donostiarra -bajo la lluvia- sobre la una del mediodía.
La movilización, bajo el lema «Murrizkerik ez: en época de rebajas, que no nos liquiden» recordó a todos los donostiarras que «sin distinción de nacionalidad nos tenemos que oponer a esas rebajas, recortes y pérdida de derechos». «Los recortes nos afectan a todos, sin distinción alguna, no importa nuestro color de piel», manifestaba Dora, procedente de Ghana.
Como Dora, cientos de inmigrantes se aunaron con otros tantos euskaldunes para que «juntos, sin excluir a nadie y sin divisiones entre autóctonos y extranjeros podamos hacer frente a esta situación de liquidaciones y rebajas». Larraitz, zarauztarra, aseguraba que la sociedad en la que vivimos la construimos entre todos y que por eso «estamos metidos en el mismo saco». Larraitz estaba acompañada de Magda, una polaca voluntaria de la fundación SOS Racismo que aseguraba que «los autóctonos se sienten amenazados por los inmigrantes en situación de crisis. Siempre buscamos un cabeza de turco vulnerable cuando no nos damos cuenta de que los extranjeros son los que están en la primera fila para que les recorten algo».
Suyapa y Jaqui, procedentes de Honduras, llevan dos años como miembros de la Asociación Mujeres del Mundo Unidas y aún y todo siguen sintiendo esa discriminación de la que tantos extranjeros hablan: «Cuando voy al supermercado siento que me vigilan y que me siguen para que no robe. La gente latina ya estamos enmarcadas, por eso estas movilizaciones son muy importantes para hacernos escuchar, para apoyar que cese ya de una vez la discriminación racial». 
Después de hora y media de recorrido, y una vez finalizada la marcha en el Boulevard, se dio comienzo a la lectura de un comunicado donde, en tono irónico, se denunció públicamente que los recortes afectan tanto a la población autóctona como a la inmigrantela ironía no puedo estar más presente. Se oyeron frases como: «el último grito para el desahucio: su casa tiene más valor que usted» o «aproveche la ocasión: las rebajas han entrado de lleno al mundo de la enseñanza». Finalmente, y con trikitixas, muchos de los manifestantes -extranjeros y guipuzcoanos- se pusieron a bailar en círculo bajo la lluvia. «Esta es la verdadera combinación. Esta es nuestra sociedad».

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