viernes, 30 de septiembre de 2011

13 ultras del Paris Saint-Germain fueron detenidos tras organizar una reyerta multitudinaria

Se elevan a 13 los detenidos por los incidentes del partido Athletic-Paris Saint Germain, cuatro de ellos por un supuesto delito de atentado a la autoridad.

Bilbao. Los prolegómenos del partido entre Athletic y Paris Saint Germain, declarado de alto riesgo por la UEFA, se saldó con nueve detenciones entre los ultras franceses -considerados como simpatizantes de la extrema derecha, al igual que los del Salzburgo, próximo rival europeo de los leones en San Mamés- y con dos seguidores bilbainos hospitalizados en el hospital de Basurto con fuertes golpes en la cabeza.


Los incidentes comenzaron alrededor de las 18.15 horas, cuando un numeroso grupo de seguidores del club parisino irrumpieron en la zona de ambiente indautxutarra para romper la calma y la buena sintonía que reinaba allí hasta ese momento. La gresca más grave tuvo lugar en el bar Mugi, situado en la calle Licenciado Poza. Según relataron los empleados del establecimiento hostelero "un grupo de unos veinte o treinta hinchas franceses han venido desde García Rivero insultando a la gente que iba por la calle y provocando con su actitud". Al llegar al conocido bar, los vándalos galos, según el relato de los camareros, "increparon a los clientes que estaban en la terraza. Y ha sido a dos de ellos a los que han agredido con más fiereza. A uno le han hecho una brecha que le ha abierto toda la cabeza, mientras que el otro tenía una herida de menor importancia".


Los incontrolados seguidores del PSG no se contentaron con esas agresiones y lanzaron las mesas y las sillas colocadas en el exterior del bar Mugi contra las cristaleras del establecimiento, lo que provocó la ruptura de la puerta de entrada y de una de las ventanas.
La rápida intervención policial, que detuvo en el primer momento a dos de los violentos franceses, hizo que los incidentes terminaran. La llegada de las ambulancias permitió también el traslado hasta el hospital de Basurto de los dos heridos. "Sangraba abundantemente. Ha venido la ambulancia y le han atendido aquí mismo", señaló una empleada del establecimiento que tenía rastros de sangre en su camisa, muestra de la violencia con que se emplearon los descontrolados franceses. "Los chicos a los que han atacado suelen venir aquí casi siempre que hay partido en San Mamés. Son personas tranquilas", comentó otro de los empleados, sorprendido todavía por la magnitud de los acontecimientos.


La actuación policial no terminó con esas detenciones. Los agentes continuaron durante los prolegómentos del partido realizando identificaciones en los aledaños de San Mamés que concluyeron con la detención de otros cinco alborotadores.
más incidentes en san mamés Pese a la actuación policial, los violentos seguidores franceses no se calmaron tras su llegada a La Catedral una hora antes de que diera comienzo el partido. Los hinchas galos, situados en la Tribuna Sur Baja, solo esperaron al minuto diez de juego para empezar con sus provocaciones. Increparon a los seguidores del Athletic que se encontraban en la Preferencia Sur y se subieron a las vallas de separación. En ese momento, una unidad de antidisturbios de la Ertzaintza accedió a las gradas del campo y procedió a disolver a los encrespados seguidores del conjunto parisino, dos de los cuales fueron expulsados de San Mamés y detenidos.


La última anécdota de la jornada la pusieron alrededor de veinte seguidores del club parisino, que no pudieron entrar al campo hasta bien avanzada la primera mitad, ya que las entradas que presentaron para acceder a La Catedral no eran legales, lo que provocó que tuvieran que pagar nuevamente por ellas para presenciar el partido.
visita institucional Los heridos en los altercados fueron visitados tras la finalización del encuentro por una representación del Athletic, que acudió al hospital de Basurto para interesarse por su estado.
Aunque en un primer momento la situación del más afectado dio lugar a rumores alarmantes, con el paso de las horas las noticias confirmaron que ninguno de los dos sufría lesiones de gravedad. Los puntos de sutura que cruzan su cabeza sí que serán un mal recuerdo de una tarde en la que unos vándalos demostraron no entender que el fútbol tiene que ser una fiesta. Y no una excusa para provocar disturbios.

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