jueves, 1 de septiembre de 2011

El Gobierno Vasco propone un pacto social contra la amenaza del racismo

Un comité de expertos colaborará en el diseño del plan de inmigración de Euskadi. La consejera de Asuntos Sociales aboga por combatir el discurso xenófobo con «una pedagogía de la verdad»

Diario Vasco, ARANTXA ALDAZ SAN SEBASTIÁN.
Uno de cada tres inmigrantes dice haber sufrido comentarios racistas hacia su persona. Se les tacha de ser un colectivo especialmente protegido por las instituciones, que acapara ayudas, usurpan puestos de trabajo y delinquen, entre otros prejuicios cada vez más arraigados en una sociedad que ve en las personas extranjeras «un problema y no una contribución a la solución» para salir de la crisis.

Y sin embargo la realidad no se le parece demasiado a esas ideas preconcebidas contra las que tratará de combatir el Departamento vasco de Empleo y Asuntos Sociales a través de un «gran pacto social» que implique a las instituciones «y a toda la sociedad», según anunció Gemma Zabaleta. Este documento de referencia será uno de los pilares del Plan de Inmigración Ciudadanía y Convivencia intercultural 2011-2013 del Gobierno Vasco, un acuerdo en el que se establecerán las líneas estratégicas para las políticas de inmigración durante los próximos años y que será aprobado en octubre. En este contexto se creará un comité de expertos en inmigración para que asesoren en las líneas estratégicas que favorezcan «un proceso de cambio en la sociedad vasca para la convivencia». El objetivo del plan es diseñar «una estrategia común para que la articulación de las políticas públicas en materia de integración goce de un consenso y participación de todos los sectores implicados».

Y dentro del plan tendrá un papel relevante el «gran pacto social» por la inmigración, que busca «la integración, igualdad, transformación, participación y cohesión social». En definitiva, «garantizar los derechos y libertades democráticas de las personas inmigrantes». Este acuerdo, prosiguió la consejera, «tiene como prioridades impulsar, movilizar, involucrar y crear un clima de confianza en el conjunto de la sociedad vasca, y en el que debe establecerse una colaboración interinstitucional (Gobierno, diputaciones y municipios) en el trabajo por la integración». Estarán representados partidos políticos, organizaciones sociales, empresariales y sindicales, universidades, y medios de comunicación. Precisamente, los medios y su papel atrajeron especialmente la atención de Zabaleta, de los que dijo «no solo no pueden permanecer ajenos a este gran acuerdo por la inmigración, sino que deben ponerse a la cabecera de la manifestación social frente a la xenofobia», y dotarse, a su entender de un «código de autorregulación» para que «la pedagogía de la verdad sea el paradigma del comportamiento mediático y evitar que se instale la sospecha o criminalice por el mero hecho de ser inmigrante». «En estos tiempos de crisis y de incertidumbre económica , se hace más urgente que nunca cuidar las imágenes y los mensajes que se dan de la inmigración para evitar las actitudes xenófobas». Y bajo esa premisa articuló su discurso, trufado de datos que «con demasiada frecuencia» se omiten, se ignoran y también se olvidan.

La contribución Zabaleta echó mano del informe del pasado mes de mayo de la Fundación Ideas sobre la contribución de la inmigración a la economía en el que se subraya que en la última década, el 60% del crecimiento de la economía española se puede asignar a la inmigración, con una contribución directa de 1,2 puntos porcentuales, dijo. En el mismo periodo, la inmigración ha elevado un 32% la renta per cápita, hasta los 23.000 euros en 2010. Hoy en día, los trabajadores extranjeros realizan una contribución directa al empleo cercana al 15% y el valor añadido que generan representa el 10% del Producto Interior Bruto (PIB). «Sin inmigración , el Estado español habría sufrido una crisis económica más prolongada y su salida y el cambio de modelo productivo sería mucho más complicado».

Euskadi no ha permanecido al margen del fenómeno de la inmigración. Un total de 145.000 extranjeros viven en los tres territorios vascos, el 6,6% de la población total, a los que hay que añadir otros 35.000 que ya tienen la nacionalidad española. El mayor aumento se registró en el bienio 2005-2006 y, desde entonces, el número se ha ido estabilizando. El país de origen mayoritario es Rumanía (11,2%), seguido de Marruecos (10,08) y Colombia (8,4%). En el extremo de la cola se sitúan Moldavia, República Democrática del Congo y Guinea, los tres con un 0,3% de la población inmigrante en Euskadi.

Por sexos, el 51,4% son hombres y el 48,6%, mujeres, según los datos aportados ayer por la consejería. «Nuestros vecinos los inmigrantes son los nuevos vascos, son de los nuestros, y forman parte de la construcción de la nueva Euskadi en la que todos participamos». Contribuyen, resaltó Zabaleta, a mantener la población en Euskadi, con uno de los niveles más bajos de nacimientos en Europa, así como a rejuvenecer a una sociedad muy envejecida ya que sólo un 19% de los extranjeros tiene más de 45 años.

La población inmigrante también incrementa el potencial de empleo: 147.800 extranjeros, un 9,9% de la comunidad autónoma tiene entre 16 y 66 años, recordó. «¿Se imaginan cómo serían nuestras vidas, nuestra sociedad, sin las personas inmigrantes? ¿Qué pasaría en Euskadi si los hombres y mujeres que cuidan a nuestros hijos y a nuestros mayores, por citar solo dos de las tareas más visibles, desaparecieran de nuestras vidas o hicieran huelga de brazos caídos? Sinceramente, sería una catástrofe de grandes dimensiones en nuestra vida cotidiana», concluyó

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