jueves, 12 de julio de 2012

Hoy se cumplen quince años del asesinato a manos ETA de Miguel Ángel Blanco


Tal día como hoy hace quince años, el concejal del PP en Ermua Miguel Ángel Blanco fue asesinado a manos de la banda terrorista ETA. Tres días antes, el 10 de julio de 1997, había sido abordado, al salir de la estación de tren, por la terrorista Irantzu Gallastegi Sodupe y conducido hasta un vehículo en el que aguardaban sus dos compañeros de comando Francisco Javier García Gaztelu, ‘Txapote’, y José Luis Geresta Mujika, ‘Oker’. Sobre las tres y veinte de la tarde. Aquí se inició el martirio no solo de él, sino también de sus familiares y, con el paso de las horas, de todo un país.
Tres horas más tarde, ETA confirmaba ante el mundo su secuestro, con un macabro plazo de 48 horas para su liberación o su asesinato, sujeto a unas inaceptables condiciones. O el Gobierno reagrupaba a todos los presos de la banda –medio millar por entonces– en cárceles del País Vasco o el edil era ejecutado. No exigió rescate alguno. Fue una pena de muerte anunciada, pero también tres largos días que sacudieron conciencias y cambiaron Euskadi.
En cuestión de una hora, la Policía convocó por megafonía una concentración en el Ayuntamiento, se celebró un pleno extraordinario para exigir su liberación y se avisó a todos los medios de comunicación. Los habitantes de la pequeña localidad vizcaína salieron a las calles, contagiando al resto del país.

Manifestación histórica
El ultimátum de ETA provocó una movilización social sin precedentes. El silencio dejó paso a los gritos de ‘Libertad’ y ‘No le matéis’. Y es que, la empatía emocional con Miguel Ángel Blanco desencadenó una marea de muestras de solidaridad hacia su familia. De ahí surgió el conocido como ‘espíritu de Ermua’, como contestación social frente a la barbarie terrorista.
Las noches de espera fueron largas y tortuosas. A los familiares se les trasladó hasta el Ayuntamiento, que se convirtió en el centro de operaciones. En las calles, velas encendidas pedían por la vida del joven concejal quién tenía 29 años. A medida que transcurrían las horas, la esperanza de que la banda escuchara el clamor de todo un pueblo empezaba a desvanecerse y, a las muestras de apoyo se sucedieron expresiones de rabia hasta entonces contenida contra quienes respaldaban las acciones de ETA. Se produjeron concentraciones frente a las sedes de Batasuna e incluso se intentó incendiar una herriko taberna en Ermua.
Algunos agentes se desprendieron de sus pasamontañas, dejando al descubierto su identidad, en un claro símbolo de apoyo a quienes defendían a las víctimas. “Se legitimó la democracia, frente a quienes abanderaban la teoría del conflicto”, valora Totorika.

El día 12, sábado, Bilbao fue el escenario de una manifestación histórica. Cientos de miles de personas abarrotaron a mediodía la capital vizcaína para suplicar a ETA un último gesto de compasión. Al frente de la pancarta estuvieron el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el lehendakari, José Antonio Ardanza, en una imagen de unidad que pronto se rompería. La multitud, con lazos azules prendidos en sus pecheras y las palmas de las manos pintadas de blanco, rompió el silencio con proclamas como 'Vida, sí; ETA, no' y 'No son vascos, son terroristas'.
Miguel Ángel Blanco fue el secuestro número 78 de ETA su víctima mortal 778. No hubo clemencia. Ni los llamamientos del Papa ni el conjunto de la comunidad internacional frenaron a la banda. Los terroristas tenían en vilo a todo el país. A las 16.00 horas, cuando vencía el ultimátum, el comando se preparó para ejecutar a Blanco. En un paraje solitario de la localidad guipuzcoana de Lasarte y con las manos atadas con un cable eléctrico, le obligaron a arrodillarse. ‘Oker’ le sujetó y ‘Txapote’ le descerrajó dos disparos a sangre fría en la cabeza. El concejal no falleció en el acto. Dos cazadores hallaron a la víctima ensangrentada y agonizante cerca de las cinco de la tarde. Una ambulancia le trasladó hasta el hospital Nuestra Señora de Aranzazu de San Sebastián, intentaron sin éxito salvar su vida, mientras el país entero tenía el corazón en un puño. A las cinco de la madrugada los médicos certificaron su muerte. Euskadi rompió a llorar.
En julio de 2006, los terroristas Francisco Javier García Gaztelu e Irantzu Gallastegi fueron condenados a cincuenta años de cárcel por el secuestro y asesinato del concejal del PP. José Luis Geresta Mujika se suicidó en marzo de 1999.


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