jueves, 8 de marzo de 2012

Los promotores de la mezquita de Basurto desisten de ir a los tribunales

La polémica suscitada en torno a la mezquita de Pablo Alzola se quedará a las puertas de los tribunales. Los promotores del proyecto han desistido de iniciar acciones judiciales «por razones económicas», según informa el presidente de la asociación Onda Euskadi, Abderrahim Mousaif.

Tras consultar el caso con un abogado, no se ven con recursos para embarcarse en un litigio contra el Ayuntamiento de Bilbao, que les otorgó licencia de actividad pero en la práctica impedirá que el templo abra sus puertas en esta calle de Basurto.

El área de Urbanismo suspendió la concesión de licencias para centros de culto el pasado mes de noviembre, y durante un año, con el fin de elaborar una ordenanza que regule su actividad. El parón no ha afectado a la mezquita de la calle Concepción, que solicitó el permiso de obras al mismo tiempo que el de actividad, pero ha alcanzado de lleno a la de Pablo Alzola, que carecía de la autorización necesaria para iniciar los trabajos. De esta forma, la licencia de actividad se convierte en papel mojado, ya que con la ordenanza en vigor es muy improbable que el templo tenga cabida en la lonja elegida. Una ubicación que el Ayuntamiento siempre consideró «inadecuada» y que generó una fuerte contestación vecinal.

El colectivo también solicitó el amparo del Ararteko, que tras contrastar la información ha elaborado un informe de conclusiones. Se trata de un escrito similar a las resoluciones, aunque con un rango inferior.
En el texto, Iñigo Lamarca evita juzgar la actuación del Ayuntamiento en este caso y aporta recomendaciones para gestionar «la diversidad religiosa». Cree que las instituciones deben «utilizar los instrumentos de participación ciudadana para propiciar la búsqueda de soluciones» cuando exista un conflicto vecinal. Al Ayuntamiento le corresponde la labor de «intermediación» para garantizar «el legítimo desarrollo de la actividad sin afectar o molestar a terceras personas», siguiendo un procedimiento reglado y sin olvidar los principios de la Ley de Libertad Religiosa.
Mucho más tajante se mostró el Ararteko el pasado mes de octubre en su resolución sobre la mezquita vitoriana de Zaramaga, un proyecto que ya contaba con licencia de obras. También allí hubo una fuerte oposición vecinal e incluso la lonja fue atacada con sangre y carne de cerdo para convertirla en ‘impura’. Lamarca dejó claro que la ley «ampara plenamente» a la comunidad musulmana y limitó el papel del Ayuntamiento al «control previo previsto en la legislación urbanística y medioambiental».

Pese a todo, el proyecto está paralizado hasta el próximo mes de junio y se busca una nueva ubicación. La diferencia sustancial con Pablo Alzola es que en Zaramaga los ataques fueron posteriores a la concesión de la licencia de obras, que el oratorio de Basurto no ha llegado a conseguir. La intervención del Ararteko queda por tanto en una recomendación para la ordenanza de centros de culto, que deberá presentarse antes de final de año. Entonces volverá a abrirse la puerta a la apertura de nuevos templos.

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