viernes, 13 de abril de 2012

La segunda jornada del Congreso sobre Migraciones reúne a 500 expertos en Bilbao

La socióloga Rosa Aparicio descarta que se repitan los incidentes de París en 2005
La investigadora del Instituto Universitario de Estudios sobre las Migraciones de la Universidad Pontificia de Comillas, Rosa Aparicio, afirmó que “no existe ninguna posibilidad de que en España estalle un conflicto violento con hijos de inmigrantes” como ocurrió en Francia en otoño de 2005.
La también doctora en Sociología participó en la jornada de ayer en el VII Congreso sobre Migraciones Internacionales en España que se celebra en Bilbao con una ponencia sobre las segunda generación de inmigrantes, un tema que está investigando a través de un estudio sociológico a 7.000 hijos de inmigrantes en Madrid y Barcelona.

Las jornadas de violencia que se vivieron en Francia en el año 2005, protagonizadas en su mayoría por hijos de inmigrantes que expresaban su descontento con la situación que vivían, estaban relacionadas con “cuestiones de fondo” que no se producen en España en este momento.
En Francia, según indicó, se había practicado una política de vivienda social cuyo efecto “no deseado e, incluso, perverso” fue la creación de guetos de pobreza habitados por inmigrantes y que constituyeron “el caldo de cultivo” de conductas violentas.
En el Estado, en cambio, “las cosas no se están haciendo mal” y la mayoría de los inmigrantes se están integrando “relativamente bien”, principalmente porque llegaron en un momento en que había oferta de trabajo, aunque precisó que existe una “cierta” discriminación.
Subrayó que hay que prestar “especial atención” a que dicha discriminación no se produzca en las escuelas, ya que en estos centros “se marcan las oportunidades de futuro”, y destacó que “los conflictos no se deben a la inmigración sino que están relacionados con clases sociales desfavorecidas”.

Respecto al estudio que está realizando sobre hijos de inmigrantes en el Estado y que consiste en hacer un seguimiento a 7.000 de estos jóvenes a los 14 años, a los 18-19 y a los 22, Aparicio relató que se concluyó la primera fase en 2008 y que en este momento se está llevando a cabo la segunda.
Tras resaltar que se trata de una muestra de jóvenes representativa de todas las nacionalidades de inmigrantes que han llegado al Estado, la socióloga indicó que, según unos primeros resultados, estos jóvenes no reconocen que están discriminados, pero sienten que no ocupan el mismo lugar que los nativos.
Más de la mitad de ellos dice no sentirse español aunque, según matizó Aparicio, sentirse español o de otra nacionalidad con catorce años “no significa gran cosa” ya que esas edades la identidad es “volátil y cambiante”.
La mayoría se integra bien y mantiene amistad tanto con españoles como con otros inmigrantes, aunque una pequeña parte, que cifró en un 15%, está en riesgo de no integrarse, pero esta situación se da porque “no están a gusto aquí, por lo que no rinden bien en la escuela y sienten un cierto rechazo a la cultura autóctona”, manifestó.

0 comentarios:

Publicar un comentario