Violeta Friedman se enfrentó en un largo proceso judicial contra Leon Degrelle, ex jefe de las Waffen SS, sentenciado a muerte en rebeldía por un tribunal belga, pero que encontró asilo en España.
Degrelle hizo, en julio de 1985, unas declaraciones a la revista “Tiempo” en las que negaba el genocidio nazi, ironizaba sobre los campos de exterminio y efectuaba juicios ofensivos de tono racista y antisemita. Tras un largo y difícil proceso judicial, llegó la histórica sentencia del Tribunal Constitucional del 11 de noviembre de 1991, consagrando el derecho al honor y a la verdad. Esta sentencia sentó doctrina constitucional y fue la antesala de la reforma del Código penal en materia de racismo.
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