Se trata de una fiesta nacional con un trasfondo histórico y político. Una
efeméride que conmemora la llegada del sistema democrático al país. En 1978, el
rey Juan Carlos I aprobó la Constitución y con ello generó cambios en el ámbito
político español: estableció los principios de soberanía, la división de
poderes, la organización territorial, el sufragio universal y el progreso
cultural. El 6 de diciembre de 1978 se ratificó la carta magna y por eso, cada
6 de diciembre, conmemoramos la llegada de la Constitución Española.
La defensa de
la persona, de su dignidad intrínseca y de su dimensión social requiere de un
código ético que no puede ser otro que la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, así como de una convivencia que se organiza jurídicamente donde la
respuesta es la Constitución, su principal baluarte.
Los valores de
libertad, justicia, igualdad, pluralismo y solidaridad en que se referencia
nuestro ordenamiento constitucional, así como el artículo 10, frontispicio del
Título I “De los deberes y derechos fundamentales”, que proclama la dignidad
humana como fundamento del orden político y la paz social, así como la
universalidad de los derechos humanos, constituyen los ejes desde donde se
edifica una convivencia basada en el reconocimiento de la dignidad humana y en
la promoción de la actitud y virtud cívica del valor social de la tolerancia.
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