Desde hace años las instituciones europeas e
internacionales han reaccionado ante los brutales actos de terrorismo
alimentados desde el extremismo violento como su causa inmediata y han
reafirmado su compromiso en prevenir, investigar,
enjuiciar y eliminar los delitos de terrorismo y de violencia asociada con el
extremismo insistiendo en que ni deben, ni pueden vincularse con
ninguna raza, etnia, nacionalidad o religión. Las instituciones
democráticas han condenado todas las manifestación de intolerancia, reafirmando
la voluntad de fomentar la no violencia, la tolerancia y la no discriminación,
el respeto y el entendimiento mutuo en las sociedades y el compromiso de promover
y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales,
enfatizando en la libertad de expresión, pensamiento, conciencia, religión o
creencias, y subrayando la necesidad de políticas, legislación educación
compromiso de la sociedad en su conjunto.
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