El informe La integración de los
inmigrantes en España: fases, patrones y dinámicas regionales durante el
periodo 2007-2015, evidencia que en
el conjunto del Estado español y durante esos años se observa una tendencia
general de reducción de la desigualdad entre extranjeros y autóctonos, más
acentuada en cuestiones relacionadas con la ciudadanía y las relaciones
sociales y menos acusada en los ámbitos de empleo y bienestar.
En estas materias (empleo y bienestar), el
primer impacto de la crisis (en el periodo 2007-2011) acentuó
las desigualdades entre los inmigrantes y los locales, aunque su
situación relativa se recondujo a partir de 2011 para alcanzar en 2014 unos
niveles de desigualdad que no estaban muy alejados de los que había antes de la
crisis.
Gran parte de la reducción de la
desigualdad entre inmigrantes y locales conseguida en los años pasados se debe
al empeoramiento de las condiciones de los autóctonos en materia laboral y
económica, en un fenómeno que podría definirse como de equiparación
a la baja.
El informe analiza las diferencias
regionales registradas en el proceso de integración de las personas
extranjeras a lo largo de los últimos ocho años. Euskadi (la
CAV y Nafarroa), junto a la Rioja y Aragón, conforman la zona Nordeste.
Llama la atención que la región Nordeste,
y por lo tanto Euskadi, es una de las que muestran mayor disparidad en
la situación de autóctonos e inmigrantes y también es una de las que han
experimentado mayores cambios en su posición en el ranking regional.
Según los expertos, las implicaciones
de la especialización industrial de esta región se manifiestan en las
características de la demanda de empleo, que se centra en el sector
primario, donde los autóctonos tienen más presencia, mientras que los
inmigrantes se dirigen preferentemente al sector secundario, caracterizado
por su alta temporalidad, ocupaciones elementales,
sobrecualificación y salarios más bajos.
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