Urola Ikastola de Azpeitia integra en un libro de relatos las diez lenguas presentes en el centro
Lo que empezó como un plan para fomentar la lectura ha derivado en una iniciativa que ayuda a valorar la diversidad lingüística y cultural
Mucho se ha dicho y escrito estos últimos meses sobre el efecto que tiene en las aulas la diversidad lingüística y cultural. Y no todo lo que se ha dicho y se ha escrito ha destacado los aspectos positivos de la multiculturalidad y el multilingüismo, más bien todo lo contrario.
Sin embargo, hay muchas pruebas de que la diversidad lingüística, a pesar de las complicaciones que su gestión puede plantear, suma y no resta. Lo han comprobado con el proyecto 'Pausoz pauso' en la sede azpeitiarra de Urola Ikastola, un centro público con sedes en Azkoitia (Bachillerato y Formación Profesional) y Azpeitia (ESO y Bachillerato) que tiene bastante experiencia en gestionar realidades diferenciadas.
ES Urola Ikastola Azkoitia-Azpeitia BHI, que es el nombre completo de este centro que lleva la diversidad impresa en el ADN, procede de la integración de dos centros públicos de enseñanzas medias fundados en las décadas de los 50 y 60 del pasado siglo en Azpeitia y Azkoitia (el Instituto Laboral y la Escuela Profesional, respectivamente), y la ikastola Karmelo Etxegarai, que prepara su 50 cumpleaños y cuyos promotores podrían contar con pelos y señales lo complicado que fue crear una ikastola en pleno franquismo.
Con el paso del tiempo, Urola Ikastola ha dejado de ser una suma de centros diferentes y ha forjado un carácter propio, reflejo también de su entorno. Ese entorno también ha cambiado y, por citar una transformación sustancial, ha acogido en los últimos años a un número importante de población procedente de otros países, con otras culturas y otras lenguas. Azpeitia, en concreto, tiene un 7% de población de origen extranjero, en línea con la media guipuzcoana. Y eso ocurre en una población en la que, según el último censo, casi el 85% de los vecinos son euskaldunes y el euskera tiene en la calle y en todos los ámbitos de la vida una enorme presencia.
Un 'efecto secundario'
También la tiene en un centro que dice de sí mismo que «nuestro objetivo es la educación de los jóvenes de nuestro valle, que queremos reciban una educación basada en el euskera y en la cultura vasca, insertados en la cultura del entorno social que es diversa y plural con un espíritu abierto, participativo, creativo». Y euskera, diversidad, participación y creatividad se aúnan perfectamente, pasando de las palabras a los hechos, en 'Pausoz pauso...', que se ha desarrollado en el centro de Azpeitia.
A efectos materiales, el proyecto se ha plasmado en los últimos dos cursos en sendas publicaciones que recogen una serie de cuentos ilustrados que son, más allá de su valor literario y artístico, la plasmación práctica del valor que se concede a la diversidad en Urola Ikastola, así como una manera de gestionarla. Y eso que, inicialmente, no era esa la idea principal.
Como recuerdan tanto el director, Alberto Izagirre, como el jefe de Estudios de ESO, Rafa Sanchez Muxika, o el responsable del seminario de euskera, Mikel Sarasua, la idea de proponer a los alumnos que crearan sus propios relatos surgió de la necesidad de incentivar la lectura.
La lectura a través de la escritura
Se trataba, en principio, «de aficionarles a la lectura a través de la escritura», con la particularidad de que a diferencia de lo que ocurre en otros muchos centros en el de Azpeitia, la lengua que necesitaba un empujoncito era el castellano. Lo tenía especialmente claro, porque lo veía en directo, María Jesús Aranburu, profesora de Lengua y Literatura Española en el centro. Aranburu, que tras su paso por la Diputación foral regresó a la docencia a la que había dedicado muchos años, justamente en la ikastola Karmelo Etxegarai. Aunque la jubilación le llegó el año pasado, ha seguido vinculada a un proyecto que le apasiona y es ella quien ha coordinado el libro.
El objetivo inicial se fue diversificando y, en consecuencia, el proyecto se fue enriqueciendo. Pili Agirre, la responsable de plástica, vio en él la posibilidad de que, más allá de los trabajos del aula, alumnos y alumnas fueran aplicando su creatividad a relatos creados por sus compañeros. En el seminario de inglés, Mª José Sudupe vio la oportunidad de trabajar de otra manera la lengua extranjera. Y en el camino se encontraron con la enorme diversidad lingüística del centro, en cuyos pasillos se pueden llegar a escuchar hasta diez lenguas.
Así, los nueve relatos creados en euskera, los ocho escritos en castellano y los dos originalmente redactados en francés fueron traducidos por los propios alumnos a otros ocho idiomas. La mayoría hicieron el camino del euskera al castellano y al inglés, pero en lugar de ignorar que en el centro convivían con las 'dominantes' otras seis lenguas decidieron incorporarlas al proyecto, y el resultado es un libro en el que tienen su espacio el árabe, el chino, el urdú, el polaco, el portugués y el búlgaro. Como feliz efecto secundario de una idea más o menos convencional, 'Pausoz pauso' se ha convertido en el retrato de la riqueza lingüística de la comunidad escolar.
«Fue emocionante»
El resultado ha sido a todas luces satisfactorio. No le quieren dar más importancia que la que, a su juicio tiene, pero son conscientes de que se han asomado a un camino lleno de posibilidades que no siempre se tienen en cuenta cuando se habla de esa educación multilingüe que pivota sobre el euskera, el castellano y el inglés. Porque, aunque muchos expertos subrayan la importancia que tiene prestar atención a las lenguas maternas de los alumnos de origen extranjero en la resolución de algunos de sus problemas de escolarización, de momento la gestión de esa diversidad no está entre las prioridades del sistema.
Lo que sí han podido comprobar en Urola Ikastola es que la experiencia ha sido muy enriquecedora para todos. «Cuando se hizo la presentación del libro ante las familias -recuerda María Jesús Aranburu-, se leyeron cuentos en todos los idiomas, y había padres y madres con lágrimas en los ojos. Estaban orgullosos, y sus hijos e hijas también, de que sus lenguas tuvieran presencia y reconocimiento, de compartir su cultura. Fue muy emocionante». Y una puerta abierta a un camino por recorrer.
http://www.diariovasco.com/sociedad/educacion/201407/21/diversidad-cuento-20140721003006.html
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