El aeropuerto activó el protocolo a pesar de que el pasajero procedía de Estambul
El exceso de alarma por el ébola podría haberse cobrado su primera víctima mortal. Un nigeriano falleció el pasado sábado en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas tras desplomarse en el suelo y no ser atendido durante 50 minutos porque se había activado el protocolo del ébola aunque el pasajero no procedía de ninguno de los países afectados por la epidemia. Cuando llegaron los servicios de sanidad exterior que se ocupan de estos casos, el hombre ya había fallecido.
La víctima, que residía con su familia en Alcalá de Henares y realizaba un viaje de vuelta desde Estambul, había pasado ya la aduana cuando empezó a sufrir convulsiones en el suelo, vómitos y diarrea tras explotar una de las bolas de cocaína que había ingerido. Los policías de guardia avisaron a los servicios sanitarios del aeropuerto, pero estos ni se acercaron al temer que se tratara de un caso de ébola y avisaron a sanidad exterior, que tardó casi una hora en llegar.
Tanto los sindicatos policiales como el personal de Aena han venido denunciando que no disponen del material necesario para poder atender en primera instancia a sospechosos de estar infectados de ébola. Un portavoz del aeropuerto de Barajas remitió al comité de seguimiento de la epidemia creado por el Gobierno, pero este no emitió ayer ningún comunicado. El Ministerio de Sanidad, por su parte, señaló que Barajas debía haber avisado a sus propios servicios sanitarios o al 112, dado que sanidad exterior solo actúa cuando los pasajeros no han cruzado todavía la frontera.
El portavoz de Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, alertó del peligro de que cunda el ejemplo y a partir de hora, «si hay sospechas de que una persona sufre ébola, se la deje morir». La autopsia reveló que el nigeriano transportaba 460 gramos de cocaína repartidos en 28 cápsulas. El Juzgado de Instrucción número 36 de Madrid se ha hecho cargo del caso.
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