Carolina Marín, madre de Carla, presenta su campaña número siete llamada: «Silencio»
Cuando Carolina Marín (no confundir con la campeona de bádminton) era camarera y salía del trabajo a las cuatro de la mañana no se desplomaba sobre la cama, tampoco maldecía por su horario intempestivo...Carolina se ponía a trabajar. Pero no para sacar dinero, sino para concienciar.
Esta madre coraje de 39 años tiene dos hijas mellizas: Daniela y Carla. Carla tiene autismo severo no verbal y cuando su madre conoció el diagnóstico se vio inerme. «El día que me dijeron que mi hija tenía autismo no encontraba nada que me pudiera ayudar, y entonces sentí la necesidad de crear un vídeo para pedir más recursos en los colegios públicos». Así empezó y hoy ya va por su campaña número siete, todas sobre el autismo pero con distintos enfoques. Acaba de lanzar la última, que se llama «Silencio» y la ha compartido con ABC.
Para esta campaña, en la que han participado 176 personas, incluidas caras conocidas como los actores Hugo Silva, Javier Cámara, Emma Suárez o Leo Harlem, Carolina se ha querido centrar en el la concienciación frente al «bullying».
Es difícil entenderlo, más aún si se le hace a una niña, como sostiene su madre, «que no puede defenderse de ninguna forma» ya que Carla no puede comunicarse ni física ni verbalmente.
Carla empezó a llegar al colegio nerviosa, lloraba al entrar y entonces Carolina se puso manos a la obra. A través de su otra hija se enteró de que un niño le hacía «bullying» y rápidamente lo denunció y el colegio puso en marcha un protocolo que salvó la situación.
Pero no todo quedaría allí. Con ayuda de pictogramas y el sistema bimodal (muy similar al lenguaje de signos para las personas con problemas auditivos) Carolina supo que su niña estaba triste cuando iba al colegio. «Eso me mató», sentenció Carolina que decidió entonces poner en marcha esta campaña.
Para reflejar los sentimientos de su hija acudió a todos los contactos de sus redes sociales, conocidos o no. Y les preguntó sobre sentimientos universales: cómo se sentían cuando estaban tristes, cuando parecía todo se derrumbaba. También, sobre sus sensaciones opuestas, qué pasaba cuando volvía la esperanza.
Con todas las respuestas, compuso una canción, que tituló «Silencio, que el silencio habla».
Silencio, que el silencio habla, que habla el silencio, que mis ojos son tu voz, y tu voz es mi mirada
Cuando siento que no puedo, pareciera que la angustia y los miedos, me limitan siempre a vivir como deseo, cuando siento que no puedo.
Cuando dejo al cielo mis suspiros, la miradas susurran sin palabras, las sonrisas son leyendas, cuando ya no siento nada
Silencio, que el silencio habla, que la fuerza cambia, que ahora tengo alas, silencio
Con estos versos contó lo que le pasaba a su hija, que habla sin hablar, que a veces, ante el acoso, sentía tristeza y que perdía la fuerza, pero en realidad ahí estaba. En el vídeo, la tristeza está representada por un grupo de bailarinas vestidas de negro y con capucha, son Studio 23, las campeonas de Europa de «street dance». Pero también interviene el grupo teatral Arcones que interpretan la canción, así como las jugadoras del fútbol club Majadahonda.
Es un vídeo muy «metafórico», cuenta Carolina, en el que la lluvia «representa las lágrimas de Carla». Tampoco olvida la fuerza. «Son los niños que aparecen sentados a su alrededor, está siempre ahí, aunque ella crea que no», sentencia su madre.
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