No importa
lo que revelen las estadísticas. Al fin y al cabo no son más que números y las
cifras son fáciles de manipular. La única verdad contrastable es que siempre
hay alguien que conoce de primera mano o por la experiencia de un conocido el
caso de un inmigrante que vive a cuerpo de rey sin trabajar gracias a las
ayudas que recibe por parte del Gobierno Vasco.
Este
extranjero, que casualmente es casi siempre árabe, negro o sudamericano, ha
venido a Euskadi para quitarnos el trabajo, dejarnos sin viviendas de
protección oficial y colapsar los servicios sanitarios. Por si fuera poco,
organiza sus propias fiestas con música autóctona y no se quiere integrar en la
cultura de un país donde raro es el fin de semana en el que no se celebre en
alguna plaza o calle principal, entre sagardo eguna y más sagardo eguna, el día
de las casas andaluzas, extremeñas o gallegas.
Esta visión
del pequeño universo en el que vivimos está basada en una serie de «datos
indiscutibles» que se transmiten de boca en boca y que, amplificados por las
redes sociales, terminan por ser más ciertos que la propia realidad. Por
ejemplo, según el barómetro Ikuspegi la población autóctona vasca está
convencida de que el porcentaje de inmigrantes en Euskadi es del 17,3%, cuando
la cifra real es del 6,6%.
Si se da por
bueno este 6,6%, no parece cierto que nos haya invadido una oleada de
extranjeros llegados de países lejanos para aprovecharse de nuestro menguante
estado de bienestar. Pero esa es exactamente la impresión que tiene una parte
de la sociedad vasca que se siente cada vez más acorralada por los inmigrantes.
Muchos conocen casos concretos de atracos y fraudes en las ayudas sociales o
saben de alguien que dice haberlos sufrido. Las historias, ciertas o no, se
extienden y se multiplican. Así es como nacen los rumores y los llamados
«discursos implacables».
'Frenaelrumor.org'
Luchar
contra estos molinos es el objetivo de la guía 'Frenar el rumor', con la que el
Departamento de Asuntos Sociales pretende combatir los prejuicios y
estereotipos que rodean a la población inmigrante.
La guía
ofrece tanto en su versión impresa como en la versión online en internet
(www.frenaelrumor.org) argumentos y datos veraces sobre la realidad de la
inmigración.
Contribución
cuantificada
A quienes
están convencidos de que los inmigrantes viven de las ayudas sociales, la guía
editada por Asuntos Sociales les recuerda, entre otras cosas, que «únicamente
un 7% de los extranjeros reciben ayudas por un periodo superior a seis años,
cuando entre la población autóctona el porcentaje se dispara hasta el 43%».
Para rebatir
el rumor de que los inmigrantes nos quitan el trabajo, la guía afirma que la
inmigración «contribuyó a reducir la tasa de desempleo y aumentar la riqueza
interior, el 30% del crecimiento en la década 1995-2005 y el 50%, si el
análisis se limita a los cinco últimos años de ese periodo».
En cuanto al
aumento del machismo, uno de los argumentos utilizados por Asuntos Sociales es
el de que «no siempre que una mujer inmigrante es víctima de violencia de
género hay que presuponer que el victimario o agresor es también inmigrante,
porque en no pocas ocasiones se trata de un hombre autóctono».
Y respecto a
la integración de los extranjeros, el documento indica que «la proporción de
personas inmigrantes que figura como ocupada en Euskadi asciende a casi el
70%». «Por tanto, el empleo constituye su primer objetivo, al igual que ocurre
entre las personas autóctonas», añade.
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