La prueba viviente de que, como dice el lema, «el futuro es femenino».
GRETA THUNBERG
El 20 de agosto de 2018 será recordado como el día en que una quinceañera de finas trenzas y chubasquero amarillo faltó a clase para sentarse frente al parlamento sueco con un trozo de cartón que rezaba: «Huelga escolar por el clima». En menos de un año, Thunberg se ha convertido en un icono de la lucha contra el cambio climático, sus textos han sido publicados por editoriales de todo el mundo y ha sido nominada al Nobel de la Paz. Cuando era pequeña, las noticias sobre el calentamiento global hicieron que dejara de comer y hablar. Hoy, esta Juana de Arco joven, pero nada infantil, escribe sus propios discursos y los lee con la contundencia de quien sabe que ostenta la verdad: «Estoy aquí para decirles que nuestra casa está ardiendo».
EMMA GONZÁLEZ
Cuando oyó la primera ráfaga, se encerró en un armario. Tres días después de sobrevivir al tiroteo en el instituto de Parkland, Florida, la estudiante de origen cubano Emma González subió a un atril rodeado de medios de comunicación: «Trump, ¿cuánto cobras de la Asociación Nacional del Rifle?». Nadie podía sospechar que las palabras airadas de una chica de 18 años pudieran encender como lo hicieron el movimiento antiarmas en Estados Unidos. Diecisiete alumnos del Stoneman Douglas murieron en la masacre, pero aquella vez los estudiantes, blanco habitual de los ataques indiscriminados con armas de fuego, alzaron la voz: aquella chica menuda y con la cabeza rapada hablaba por todos ellos. “Seis minutos y unos 20 segundos”, leyó González.
Ese es el tiempo que duró el ataque y esas fueron las primeras palabras que pronunció ante la multitudinaria manifestación March For Our Lives en Washington DC, justo antes de dar paso a un desgarrador silencio que ella misma cronometró con su móvil. La marcha tuvo 800 réplicas y consiguió apoyo financiero de celebridades como George Clooney u Oprah Winfrey. A través de sus valientes palabras y tuits virales, González convirtió el terror en poder: «Estamos furiosos y estamos usando nuestras palabras porque es lo único que puede impedir otro tiroteo». Cofundadora de la organización Never Again MSD, fue portada de la revista Time junto a sus compañeros. González ha logrado que cientos de empresas se desvinculen de la Asociación Nacional del Rifle y continúa luchando para que los controles de licencia de armas sean más estrictos en su país.
AHED TAMIMI
Al ver frente a su casa a quienes habían disparado una bala de goma contra su primo, causándole la pérdida de parte del cráneo, no se contuvo. Tamimi tenía 16 años cuando propinó una bofetada a un soldado israelí. La imagen de la adolescente de Cisjordania causó fascinación inmediata, su melena dorada flotando entre olivos y nubes de gas lacrimógeno. En diciembre de 2017, Tamimi fue arrestada y pasó los ocho meses siguientes en prisión. Hoy es un icono de la lucha contra la ocupación israelí y da voz a los niños palestinos que siguen presos.
SOPHIE CRUZ
Cuando tenía cinco años, Sophie Cruz le entregó al Papa una carta durante su visita en Washington: “Mi corazón está triste porque tengo miedo de que un día el servicio de inmigración deporte a mis papás”. Nacida en Los Ángeles e hija de mexicanos indocumentados, la pequeña se convirtió en defensora de los derechos de los niños migrantes. En 2016, Obama la invitó a celebrar el Cinco de Mayo en la Casa Blanca, pero sus padres no pudieron acompañarla debido a su situación legal. Ahora Cruz continúa la batalla contra las políticas de Donald Trump.
MO´NE DAVIS
En EE UU, las competiciones de béisbol fueron exclusivamente masculinas hasta que en 1974 se admitieron los equipos mixtos en las ligas infantiles. Muchas niñas practican este deporte durante la secundaria, pero la mayoría lo cambian por el softbol al crecer. No fue el caso de Mo’ne Davis, la primera afroamericana en ingresar en las Series Mundiales de la Little League a los 13 años. Davis poseía un talento fuera de lo común: era capaz de soltar la pelota a una velocidad de 112 km/h. La joven batió un récord deportivo y de audiencia: el partido que su equipo, el Taney Dragons, jugó en agosto de 2014 fue el más visto de la historia de esta competición. «No dejes que nadie te impida hacer lo que de verdad te gusta», dijo a la NBC. Más tarde Davis se pasó al baloncesto y a sus 17 años sigue siendo un referente generacional en el deporte femenino.
VARSHINI PRAKASH
A principios de año, 250 jóvenes ocuparon la oficina de Mitch McConnell en Washington para denunciar que el senador republicano había aceptado enormes sumas de dinero de la industria de los combustibles fósiles. Entre esos jóvenes se encontraba Varshini Prakash, de 25 años y directora ejecutiva del Sunrise Movement. Prakash no solo está harta de que los políticos se mantengan paralizados ante el cambio climático, sino que detesta que se dediquen a mentir a la ciudadanía y a ignorar las evidencias científicas a cambio de dinero: «Hemos estado al tanto de esta crisis durante 40 años, y entonces era una prioridad. Ahora es una emergencia absoluta a nivel planetario». En una primera fase, el Sunrise Movement no encontró apoyos en el Partido Demócrata, hasta que apareció Alexandria Ocasio-Cortez. La política cuenta con Prakash para impulsar su plan más ambicioso: el Green New Deal. Actualmente, la joven recorre el país para trasmitir un mensaje a la ciudadanía: un cambio verde y radical también es una gran oportunidad para eliminar la pobreza.
SONITA ALIZADEH
En Afganistán, ser una buena chica significa desterrar tus sueños y obedecer a tu familia. Según estos parámetros, Sonita Alizadeh eligió ser una chica poco ejemplar. Nacida bajo el régimen talibán pero crecida en Irán, Alizadeh se educó gracias a una ONG que apoyaba a niños refugiados. Fue allí donde tuvo acceso a la que iba a ser su gran arma: YouTube. Apasionada de Rihanna y Michael Jackson, al cumplir los 16 años su madre quiso devolverla a Afganistán para casarla a cambio de 9.000 dólares. La respuesta de la adolescente fue escribir un rap, Brides for Sale, en protesta por la tradición de los matrimonios de conveniencia: «Soy vista como un cordero que solo crece para ser devorada», cantaba. Gracias al apoyo de la directora iraní Rokhsareh Ghaem, Alizadeh consiguió que su canción tuviera impacto. Una organización le ofreció un visado para estudiar en Estados Unidos y pudo cambiar su destino.
JASLYN CHARGER
Tenía 19 años cuando su mejor amiga se suicidó. Nacida en el seno de una familia afectada por el consumo de drogas y de alcohol, esta lakota sioux pensó que tenía que haber una razón para que los jóvenes nativos americanos tuvieran 1,5 veces más de probabilidades de quitarse la vida que el resto. Más allá de la pobreza y la violencia familiar, estaba el desarraigo. En 2016, Charger y otros adolescentes decidieron unirse a la protesta contra el oleoducto que Trump quiere pasar por la reserva de Dakota, convirtiéndose en líderes del movimiento Standing Rock. «No se necesita una persona extraordinaria para hacer cosas extraordinarias», dijo al programa de televisión Democracy Now. «Se necesita tener coraje para decir no». Después de meses de protesta, Charger fundó el Consejo Internacional de Jóvenes Indígenas para fomentar su liderazgo comunitario como protectores de sus tierras.
XIUHTEZCATL MARTÍNEZ
Ostenta dos títulos: el de activista por el clima y el de cantante de hip-hop. El primero empezó a ganárselo con tan solo seis años, cuando habló en la Cumbre de las Naciones Unidas de Río de Janeiro. Su trabajo como ambientalista comenzó en el barrio. El joven indígena de Boulder (Colorado) consiguió que en los parques de su ciudad dejaran de usarse pesticidas y terminó demandando al gobierno federal por las emisiones de carbón y el fracking. Hoy Martinez (19 años) dirige la organización Earth Guardians, que cuenta con grupos de seguidores en 50 países. Este año ha publicado Boombox Warfare en colaboración con Jaden Smith, un disco que pretende ser un «himno para el empoderamiento, en recordatorio de que somos más poderosos que las personas en el poder».
DESMOND NAPOLES
A este neoyorquino tan peculiar siempre le gustó dibujar diseños de ropa en sus libretas. Lo que sus padres no podían imaginar es que su escuálido y talentoso hijo iba a convertirse en el niño drag más famoso del mundo. A sus 11 años, Napoles es activista por los derechos LGTBI, modelo, conferenciante, diseñador de moda, musa y leyenda. Para él todo cambió el día en que su madre empezó a ver el programa RuPaul. Al instante, Desmond quedó prendado de aquellas «princesas» hasta el punto de abandonar sus juguetes para siempre. Poco después él mismo debutaría profesionalmente en el programa drag por excelencia. Como influencer de la autoestima, la misión de Napoles podría resumirse en el siguiente lema: combate a los abusones glamour. Su consejo para los jóvenes LGTBI es que ignoren a los haters, porque «ellos nunca serán tan fieros como tú y como yo». Su labor ha sido reconocida por marcas como MAC y Vogue. Es el fundador de la primera drag house para jóvenes, llamada Haus of Amazing. También prepara un disco y una línea de maquillaje pensada para pequeñas divas.
AUTUMN PELTIER
La llaman ‘la guardiana del agua’. Esta adolescente indígena de Wiikwemkoong First Nation, Ontario, persigue una meta muy concreta: lograr que 140 tribus de Canadá puedan tener acceso al agua. Hace tres años riñó al presidente de su país, Justin Trudeau, durante la Asamblea de las Primeras Naciones por no haber protegido este recurso natural en las reservas. Para Peltier (14 años), el agua debería tener los mismos derechos que un ser humano. Así lo defendió ante la Asamblea de la ONU en Nueva York, vestida con un bordado tradicional y con una pluma colgándole del pelo: «Mucha gente no cree que el agua es algo vivo o que es un espíritu. Pero mi pueblo cree que es verdad».
ELYSE FOX
Asumir la propia vulnerabilidad es una de las grandes fortalezas de las nuevas generaciones. En 2016, la estadounidense Elyse Fox rodó un documental casero en el que contaba su depresión. El vídeo fue la chispa que encendió el Sad Girls Club, un proyecto que genera espacios seguros para que las chicas hablen de sus problemas de salud mental.
MARI COPENY
«Mi mamá dice que es probable que estés demasiado ocupado con cosas más importantes». Corría 2016 cuando la estadounidense Mari Copeny, de ocho años, le escribió una carta a Barack Obama. En ella le preguntaba por qué los casi 100.000 residentes de Flint, Michigan, estaban bebiendo agua contaminada por la fábrica de General Motors: «Huele raro y es marrón». Doce personas habían muerto y 8.000 niños como Mary podían llegar a tener problemas de crecimiento. Obama visitó Flint y su encuentro se volvió viral. Siete meses después el presidente autorizó una partida para reparar el sistema de agua, y aunque no todas las tuberías corroídas han sido arregladas aún, Flint tiene agua embotellada gratuita hasta que el proceso se complete.
JAZZ JENNINGS
A los seis a Jazz Jennings le diagnosticaron disforia de género y gracias al apoyo de sus padres inició su transformación. En su canal de YouTube, I Am Jazz, esta chica de 18 años narra su vida como transgénero. También orienta a otros jóvenes a través de la fundación Transkids Purple Rainbow.
LAS HERMANAS WIJSEN
Asia se está convirtiendo en uno de los continentes que más se ofrece como vertedero. Las hermanas Melati e Isabel, de 10 y 12 años, consiguieron que las bolsas de plástico se prohibieran en la isla de Bali. Empezaron limpiando playas y continuaron por exigir medidas a los gobiernos locales. En 2013 crearon la organización Bye Bye Plastic, que fue ganando apoyo hasta que en 2016 el aeropuerto se comprometió a dejar de usarlas. En el caso de la isla indonesia, las bolsas suponen una amenaza para la fauna y la vegetación subacuática. Hoy Melati e Isabel tienen 17 y 15 años y recorren el mundo contando cómo consiguieron que su provincia estuviera libre de bolsas de plástico. «Tal vez los niños seamos el 25% de la población mundial, pero somos el
100% del futuro», afirman en su charla TED.
PAYAL JANGID
Nació en Hinsala, un pequeño pueblo de la India, y se opuso a lo que la tradición había preparado para ella cuando solo tenía 14 años. Payal Jangid encontró en la educación una escapatoria al matrimonio infantil y fue puerta a puerta hasta erradicar esta tradición en Hinsala. Después de recorrer el mundo, y de ser reconocida con el World Children’s Prize honorífico, actualmente trabaja como maestra en una escuela local y sigue difundiendo su mensaje.
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