La filósofa y catedrática de Ética valora que entrar en esa dinámica sólo nos lleva a la “historia horrorosa de las dos Españas, que creíamos que ya la habíamos pasado”
La catedrática de Ética en la Universitat de València, Adela Cortina, en su intervención en la comisión de reconstrucción de la ciudad creada en el Ayuntamiento para afrontar los efectos de la Covid-19. AYUNTAMIENTO DE VALÈNCIA 04/06/2020 (EP) |
La filósofa y catedrática de ética Adela Cortina ha hecho este jueves un llamamiento a “aparcar el combate de las ideologías”, porque tratar de “derrotar” y de “descalificar” al otro no lleva más que a la “historia horrorosa de las dos Españas, que creíamos que ya la habíamos pasado”. “Y por lo visto, hay quienes están encantados en eso de que ‘cuanto peor, mejor’“, ha lamentado Cortina en su comparecencia ante la comisión de reconstrucción del Ayuntamiento de València tras la pandemia del coronavirus, en la que ha calificado de “nefasto” el clima de “conflicto y polarización” política que se ha creado.
La catedrática ha defendido la necesidad de recuperar la “confianza” para que funcione la ciudad, la comunidad autónoma o el país, pues el conflicto entre ideologías está generando una crispación y unos conflictos que la ciudadanía “no entiende” y hace que se sienta “muy lejana” de esa discusión.
Por ello, ha pedido “ir a los mínimos que generan cohesión social” propios de una democracia “liberal social”, aquella que, además los derechos civiles y políticos, tiene en cuenta también los derechos sociales, económicos y culturales, y unirse en la defensa de estos derechos.
Cortina ha resaltado que no se puede plantear la “falsa alternativa” de “o vida, o economía”, pues salvar las vidas es “esencial, pero es que la economía también es parte de la vida”, y como se vaya perdiendo productividad llegará un momento en que “no se podrá ni vivir tampoco”.
Eliminar la aporofobia
La filósofa ha destacado que uno de los grandes temas de nuestro tiempo, y una de las claves de una sociedad que quiera “calidad ética”, es eliminar la aporofobia, es decir, la fobia a los pobres -en un momento en que la situación de la pobreza es “aterradora” y se debería erradicar la pobreza involuntaria- y el rechazo a los peor situados.
Tratar no solo de integrar en determinados lugares a los inmigrantes, sino de ver cómo se pueden integrar a la vida de la ciudad, “es fundamental, porque es una forma de pertenencia”, ha indicado Cortina, quien ha asegurado que “atender bien a los inmigrantes da también la medida de la calidad ética de una sociedad”.
No crear ciudadanos subsidiados
La filósofa ha destacado que en esta crisis no hay que dejar “a nadie atrás”, pero ha alertado de que “no cabe crear ciudadanos subsidiados, es decir, gente que depende de un subsidio y que al final acaba prefiriendo no trabajar porque ya está suficiente subsidiada”.
Ha indicado que el ingreso mínimo o el ingreso ciudadano debe verse “como una situación de emergencia”, y a la vez tratar de “empoderar” a las personas con políticas de empleo y con capacidades que les permitan tener oportunidades y abrirse al mundo.
Alianza público privada
Cortina ha destacado que son tiempos de sinergias, de unir “el poder político, el poder económico y el poder ciudadano”, y ha opinado que es “fundamental” las alianzas público privadas en ámbitos como las residencias de ancianos, el tratamiento de los mayores o los programas de lucha contra la exclusión.
La ensayista ha pedido deshacer “mitos” sobre lo que debe ser público o privado, y ha alertado de que una sociedad que “desprecia a sus mayores demuestra una calidad ética de grado cero”: cuando no se protege a los más vulnerables, a los que necesitan más ayuda, “estamos demostrando que somos absolutamente inmorales”.
Finalmente, ha afirmado que es momento de dar “razones fundadas para la esperanza”, porque vivimos tiempos “recios”, en los que las gentes necesitan “esperanzas, pero con razones de que cabe esperar”.
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