La filósofa augura que habrá “un antes y un después” y advierte: “O sacamos los arrestos éticos o muchos quedarán en el camino”
Adela Cortina (Emilia Gutiérrez) |
“Tenemos que sacar todos nuestros arrestos éticos y morales y enfrentarnos al futuro con gallardía, porque si no mucha gente va a quedar sufriendo por el camino, y a eso no hay derecho”, advierte la filósofa y catedrática de Ética, Adela Cortina, ante la pandemia de coronavirus.
En una entrevista con la Agencia EFE, asegura que la sociedad va a “cambiar radicalmente” después de esta crisis, va a haber “un antes y un después” de ella, y afirma que para poder salir delante se va a necesitar toda “la capacidad moral” y todo el “capital ético” de cada uno.
“Plantearnos el futuro y elegir unidad o disgregación”
La catedrática de Ética de la Universitat de València destaca que los seres humanos tienen ahora que plantearse el futuro y decidir qué quieren: si una sociedad unida en la que trabajen todos juntos para que la gente esté mejor, o una marcada por la separación y el ir “unos contra otros”.
“Si elegimos el conflicto, la polarización y la disgregación, se nos irá todo al traste y sufrirá todo el mundo, desde los más vulnerables, por supuesto, pero también los más poderosos”, asevera.
“Si nos damos cuenta de que lo importante es estar unidos, porque las personas lo merecen y porque tenemos que trabajar juntos, nos irá muchísimo mejor”, sostiene Cortina, quien insiste que todo depende de la libertad de elección de cada persona y asegura que “hay mucho margen de maniobra” por parte de todos.
“Cultivar la solidaridad y las buenas costumbres cada día”
Insiste en que la solidaridad, la justicia y las buenas decisiones “se cultivan”, y eso va conformando un “carácter” en los pueblos y las gentes. “Nunca es tarde para empezar”, asegura Cortina, quien iprecisa que el coronavirus ha dado lugar a “brotes de solidaridad”, pero hay que ver cómo se actúa cuando no haya una “amenaza constante”.
“Nos estamos jugando mucho cada día, aunque solo nos acordamos de todas estas cuestiones en momentos de grandes amenazas, de grandes catástrofes o de grandes guerras: en esos momentos pensamos que habría que hacer las cosas mejor”, sostiene.
La catedrática de Ética reivindica que no hay que esperar a que haya una “desgracia rotunda” para darnos cuenta de que la humanidad “viviría mucho más feliz y mucho más contenta, y todos podrían salir adelante y seguir son sus planes de vida” si en cada ámbito de la vida social se trataran se alcanzar los fines por los que existen.
“A ver si aprendemos que, igual que el campo hay que cultivarlo día a día para que las plantas crezcan, nosotros también tenemos que cultivar las buenas costumbres, las buenas aspiraciones y hábitos y los grandes ideales en cada momento, no solamente cuando aparece una catástrofe aterradora”, afirma.
“No hemos aprendido nada de la crisis de 2007”
Cortina destaca que siempre se dice que hay que convertir las crisis en oportunidades de crecimiento, pero se teme que de la crisis económica de 2007 “no hemos aprendido nada”.
“Veo (tanto en la ciudadanía como en la política) las mismas actitudes de antes, el mismo jugar al día, a la baza más cercana, nunca pensar en el medio y largo plazo”, afirma la filósofa, que añade: “no se trata de hacer una jugada corta”, sino de “construir el futuro, que es algo muy amplio”, cada día.
Pero confía en que se aprenda de la crisis actual, por un motivo: “después de la catástrofe vamos a vernos con tal cantidad de retos y de problemas por resolver que, como no lo hagamos con ese pensamiento del medio y largo plazo va a quedar muchísima gente por el camino, en la cuneta”.
“Las empresas tienen que ser éticas en los ERTE”
La también presidenta de la Fundación Etnor (Ética de los Negocios y las Organizaciones Empresariales) defiende asimismo que en estos momentos las empresas “tienen que ser éticas, por supuesto que sí”.
”Si hay empresas que aprovechan este momento para eliminar puestos de trabajo de una manera que no es en absoluto necesaria, eso es una inmoralidad impresionante, y una buena empresa no lo hace”, alerta.
Adela Cortina afirma que, en este momento, seguir con un puesto de trabajo es “fundamentalísimo para la vida de las personas” y eso “una empresa ética lo tiene en cuenta”. Las que “despiden a gente sin ninguna necesidad” son “malas empresas”, añade.
Y concluye que lo mismo se puede aplicar a la política: “la que no se preocupa del bien común es una mala política, además de inmoral”.
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