El COVID-19 no solo ataca la salud, también exacerba la xenofobia la exclusión y el odio, asegura un experto en derechos humanos, que alerta de los políticos que usan las minorías como chivos expiatorios y piden a los Estados que las protejan, garantizando sus derechos, incluidos el acceso a los servicios de salud y la información sobre la pandemia.
UNMISS/Isaac Billy | Doctores toman la temperatura de una mujer desplazada en Sudán del Sur. |
El coronavirus COVID-19 no solo representa una pandemia de salud, sino que está intensificando la xenofobia, la exclusión y el odio, advirtió este lunes el relator especial* de las Naciones Unidas sobre cuestiones de las minorías, Fernand de Varennes.
"La explotación de los temores relacionados con COVID-19 por parte de grupos y políticos como chivos expiatorios de las minorías está provocando un alarmante aumento de los abusos verbales y físicos contra los chinos y otras minorías, y a algunos incluso se les niega el acceso a la atención sanitaria y a la información sobre la pandemia", indica un comunicado emitido por el relator.
El experto en derechos humanos advirtió que las informaciones que recibe sobre agresiones físicas a personas asiáticas, los discursos de odio acusando a las minorías de propagar el virus o los políticos que solicitan denegar el acceso a los servicios de salud a los migrantes "muestran que los Estados deben insistir urgentemente en que se protejan los derechos humanos de todos, en particular de los más vulnerables y marginados".
Migrantes, personas con discapacidad, indígenas
Varennes expresó su preocupación por los llamados a denegar el acceso a la atención médica a los migrantes indocumentados y ante la ausencia de información sobre la pandemia en los idiomas de las minorías, entre ellos los lenguajes de signos.
"Los más vulnerables del mundo suelen ser los últimos en la fila en recibir apoyo.
Por eso, advirtió que millones de personas, especialmente de minorías y pueblos indígenas, pueden quedar excluidos de los mensajes de salud pública "más importantes en varias generaciones".
"Los más vulnerables del mundo suelen ser los últimos en la fila en recibir apoyo. Por consiguiente, la comunidad internacional y los Estados deben colaborar estrechamente para informarlos, ayudarlos y protegerlos. Ello incluye comunicarse con ellos en sus propios idiomas, siempre que sea posible, para transmitir eficazmente la información y la atención de salud pública vitales, así como aplicar medidas para su protección contra el maltrato físico y la incitación al odio".
El relator destacó que todo el mundo puede ayudar a combatir este tipo de discriminación contra las personas asiáticas u otras minorías usando las etiquetas #IAmNotAVirus o #YoNoSoyunVirus en sus mensajes en las redes sociales.
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El coronavirus y las personas privadas de libertad
Por su parte, el Subcomité de las Naciones Unidas para la Prevención de la Tortura** publicó una serie de recomendaciones para los Gobiernos sobre cómo proteger a las personas privadas de libertad en prisiones, recintos de detención de migraciones, campos de refugiados cerrados y hospitales psiquiátricos durante la pandemia de coronavirus.
Entre las medidas se incluye:
- evaluar la posibilidad de liberar a los reos menos peligrosos mediante planes o estrategias de excarcelación temprana, provisional o temporal
- examinar todos los casos de prisión preventiva
- ampliar el uso de las fianzas en todos los casos excepto en los de mayor gravedad
- revisar y reducir la detención de migrantes y los campos cerrados para refugiados.
Asimismo, indica que tanto ese grupo poblacional "como las personas en cuarentena y en entornos cerrados, sus familias y todo el personal deben recibir información confiable, precisa y actualizada respecto de todas las medidas".
El presidente del Subcomité, Malcolm Evans, destacó que ante los problemas de hacinamiento o de salud en las cárceles u otros centros de privación de libertad hay que actuar de manera inmediata.
Por ese motivo, "los Gobiernos tienen que tomar las medidas de precaución necesarias para evitar la expansión del contagio, e implementar medidas de emergencia para asegurar que los detenidos tengan acceso a niveles apropiados de atención médica y puedan mantener el contacto con sus familiares y con el mundo exterior".
Debido a la pandemia de coronavirus el Subcomité tuvo que posponer su visita a Madagascar prevista para mayo.
*Los Relatores Especiales forman parte de lo que se conoce como los Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos. Procedimientos Especiales, el órgano más grande de expertos independientes del sistema de derechos humanos de las Naciones Unidas, es el nombre general de los mecanismos independientes de determinación de hechos y monitoreo del Consejo que abordan situaciones específicas de países o cuestiones temáticas en todas partes del mundo. Los expertos de los Procedimientos Especiales trabajan con carácter voluntario; no son funcionarios de las Naciones Unidas y no reciben un sueldo por su trabajo. Son independientes de cualquier gobierno u organización y prestan servicios a título individual.
**El Subcomité para la Prevención de la Tortura monitorea la observancia de los Estados partes al Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura, que hasta la fecha ha sido ratificado por 90 países. Se compone por 25 integrantes, que son expertos independientes en derechos humanos provenientes de todo el mundo, quienes sirven en su capacidad individual y no como representantes de Estados partes. El Subcomité tiene el mandato de realizar visitas a Estados durante las cuales puede visitar cualquier lugar donde pueda haber personas privadas de libertad.
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