En los colegios de las zonas más deprimidas las plataformas de docencia virtual no funcionan, sobre todo porque en las casas no hay ordenadores, ni Internet
Poco a poco sus alumnos comenzaron a seguirla y ella, sin darse cuenta, creó una comunidad que en tiempos de coronavirus se ha convertido en una herramienta clave para su trabajo.
Una buena parte de su alumnado no tiene ordenador en casa, ni conexión a Internet, solo un móvil. La Consejería de Educación ha apostado por mantener la rutina a través de las diferentes plataformas de docencia virtuales por las que se hacen llegar los ejercicios a los alumnos, éstos los trabajan y se los devuelven. Pero, ¿qué pasa con los centros de las zonas más deprimidas? ¿Qué pasa cuando no hay ordenador, ni Internet, ni posibilidad de ayuda en casa?
«Si estando en clase ya nos cuesta trabajo que presten atención y que hagan los ejercicios, ahora es mucho más complicado», reconoce Jéssica. En su centro han recurrido a las llamadas telefónicas a los padres, a recuperar el blog del 'cole' y ella particularmente, a su perfil de Instagram. «Desde ahí les lanzo mensajes, les insisto en que hagan las tareas, les mando los enlaces al blog... Algunos hacen fotos de los ejercicios que han hecho y trato de corregírselos lo antes posible para que se sientan motivados». «Para el sistema educativo se que no se debería utilizar Instagram, pero es lo que más me está funcionando», reconoce.
Elena Contreras también es maestra en un colegio de difícil desempeño. Sus alumnos cursan quinto de primaria. Una característica de estos centros es que las ratios de alumnos son inferiores a las de un colegio normal. Lo habitual es que la ratio esté entre seis y doce alumnos. Ella tiene trece en su clase. «Los primeros días recibía respuesta a las clases virtuales de tres alumnos».
«Todas las plataformas de trabajo que se han propuesto son para nosotros impensables». Este centro, concretamente, hace tres años que se convirtió en una comunidad de aprendizaje, es decir, un colegio en el que la familia y otros sectores intervienen de lleno en el proceso educativo, y en el que todo el aprendizaje es más práctico que teórico.
Este sistema ha mejorado considerablemente el rendimiento del centro, pero ahora mismo está muy lejos de la realidad educativa que impone la actual crisis sanitaria. Eso ha motivado que finalmente los profesores hayan decidido crear grupos de whatsapp con todos los padres. «Cada día mandamos las tareas por ahí. El problema es que algunas familias no saben leer y escribir o no entienden muy bien el idioma, por eso damos todas las instrucciones por escrito y de forma oral. Les mandamos audios y les mandamos vídeos», explica la maestra
«No puedo pedirles que se metan en tal página y hagan ciertas actividades, solo tienen un móvil en casa, así que lo que les pido es que hagan lecturas en voz alta y lo graben». Las instrucciones que se han dado a muchos maestros de estos centros son que refuercen los contenidos básicos y que repasen lo aprendido, más que seguir avanzando en el programa.
«Lo que les pedimos es lean y escriban, que resuelvan una o dos operaciones de matemáticas al día», asegura Elena, que añade que desde su centro se está trabajando para que desde la Administración se pueda dotar de ordenadores con conexión limitada a los alumnos con mayores dificultades.
Hasta el curso que viene
Rosa María Castellano es especialista en pedagogía terapéutica en un instituto. Trabaja con alumnos de entre 13 y 19 años. Todos tienen necesidades educativas especiales y unas «condiciones socio familiares y económicas muy particulares». «Tengo siete alumnos, solo cuatro tienen correo electrónico dado en Séneca y solo tres tienen condiciones favorables de ordenador e Internet».
Además «cada uno tiene un nivel diferente, con lo que una classroom grupal no puedo hacerla por muchos motivos. Lo que esta profesora hace es personalizar el trabajo con cada uno de ellos, ofreciéndoles material específico. Pero solo a los que tienen correo electrónico y ordenador. «El resto no está siendo atendido. Es imposible. ¿Cómo lo hacemos?», pregunta. «Muchos alumnos van a estar sin atender hasta el curso que viene», responde ella misma.
Termina el curso y las notas llegarán por vía telemática
Aunque la realidad sea otra muy distinta el calendario marca que hoy viernes, 3 de abril, comienzan las vacaciones de Semana Santa en los centros de enseñanza. Es decir, termina un trimestre y es la hora de recoger notas. Este año no habrá despedidas de los amigos a la salida del cole, ni deseos de unas buenas vacaciones entre los padres. Pero ¿habrá notas?
Sí, habrá notas y se colgarán en la plataforma Séneca Pasen. Dependerá de los profesores y maestros que se las hagan llevar por otros medios (correo electrónico o whatsapp) a los padres que no estén dados de alta en Pasen.
Los docentes aseguran que estas notas están basadas no solo en estos últimos días, sino en todo el trabajo desarrollado en el aula durante este trimestre antes de que se decretase el cierre de las clases para evitar los contagios. Otra cosa será el próximo y último trimestre. Pero de aquí a entonces, a ver qué pasa.
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