Save the Children denuncia que las medidas de alimentación sólo han alcanzado al 6% del alumnado, lo que supone la mitad de los que durante el curso se benefician de la beca comedor.
Un aula vacía en Villanueva del Río Segura (Murcia). EFE |
El 40% de los más de 3.000 niños y adolescentes en riesgo de exclusión social que atiende Save the Children no tiene ordenador ni acceso a ningún tipo de medio tecnológico para seguir las clases a distancia. A estos críos les espera el peor de los futuros en este escenario de Covid-19. Antes del confinamiento, ya tenían un riesgo cuatro veces mayor de repetir curso y 10 veces más de posibilidades de abandonar tempranamente la escuela que los alumnos de clase media. Ahora la pandemia ha ampliado la brecha.
La ONG ha presentado este martes su informe sobre el impacto educativo del coronavirus en los alumnos a partir de su experiencia a través de los programas de atención a 1.700 familias en exclusión social residentes en toda España.
El cierre de colegios está repercutiendo especialmente en los alumnos de familias con menos recursos, que van a incorporarse a septiembre con un retraso de seis meses en los aprendizajes consolidados. Esto es debido a que el llamado olvido veraniego no afecta tanto a los niños de clase media, pues durante las vacaciones complementan la ausencia de clases presenciales con experiencias culturales y educativas de otra índole.
A eso hay que sumarle la brecha digital. Entre el 5% y el 9% de todos los alumnos no tiene acceso a ordenador o a otros medios tecnológicos. Ese porcentaje sube al 20% en el cuartil de renta más baja. Y se incrementa hasta el 40% en los niños de familias en riesgo de exclusión social que ayuda Save the Children, según una encuesta que ha realizado la ONG.
SIN APOYO DE LOS ADULTOS
Además, "no es sólo cuestión de dispositivos, sino de apoyo. La educación a distancia exige un trabajo más autónomo del alumno, que necesita el apoyo del adulto. En las clases medias eso se produce, por el refuerzo que los progenitores están dando. Pero las familias favorecidas no siempre pueden hacerlo", ha explicado en una rueda de prensa telemática el director general de Save the Children, Andrés Conde.
Los problemas se acrecientan porque los profesores tienen "enormes dificultades" para hacer un acompañamiento educativo de estos niños, pues "las familias son muy difíciles de localizar". Por otro lado, la brecha digital se está cebando con los colegios e institutos donde hay mayor concentración de alumnos sin recursos. Según el Informe PISA 2018, estos centros tienen peores medios: el 40% de sus docentes tiene competencias digitales mínimas para seguir el aprendizaje a distancia.
Además de los efectos negativos en el aprendizaje, Save the Children ha detectado un efecto negativo de la crisis económica en las familias. El desempleo, la incertidumbre económica y la inseguridad laboral están causando "un impacto en el bienestar de los niños". "Las familias están transfiriendo su inseguridad a los hijos y eso está afectando a su seguridad emocional", ha afirmado Conde.
El propio confinamiento tampoco ayuda, porque el 20% de las familias que atiende la ONG convive en hogares con personas ajenas a ellos con las que comparte el coste del alquiler. Son casas precarias, pequeñas, donde viven hacinados y sin espacio para estudiar.
"RIESGO NUTRICIONAL"
La no vuelta a las aulas también supone, por otra parte, un "riesgo nutricional", porque hay muchas familias que dependen de la comida que se les da en el colegio. La ONG denuncia que las medidas de alimentación sólo han alcanzado al 6% del alumnado, lo que supone la mitad de los que durante el curso se benefician de la beca comedor.
Save the Children augura que todos estos problemas van a provocar que se dispare el abandono escolar temprano en el país con la tasa más alta de la UE. Por eso piden que se priorice el retorno a las aulas a los que están más en riesgo y que se ofrezcan colonias de verano en las que se imparta trabajo educativo "alineado con el currículo" y espacios de ocio para estos niños, así como que se garanticen medios tecnológicos.
Este jueves la ministra Isabel Celaá se reúne con las comunidades autónomas en el marco de la Conferencia Sectorial de Educación para establecer cómo va a ser la vuelta a las aulas en septiembre. Su propuesta de que regrese sólo el 50% del alumnado no convence a las ONG. "La estructura arquitectónica de las aulas hace difícil esa limitación de grupos a la que la ministra hace referencia", ha señalado Conde. "Nos parece imprescindible una dotación de recursos extraordinaria, y hará falta más profesorado y el uso de instalaciones diferentes. En Dinamarca, por ejemplo, están aprovechando los espacios públicos y dan clases al aire libre". La ONG cifra entre 4.200 y 5.000 millones una vuelta al colegio en las debidas condiciones.
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